Café y cerveza. Esas dos palabras parecen dominar mis correos electrónicos y mensajes de texto; cuál depende de con quién estoy hablando y a qué hora del día es. Y funciona de maravilla. Trabajar desde casa tiene aspectos buenos y malos; lo que más temía era la fiebre de la cabaña: vivir y trabajar dentro de las mismas cuatro paredes era una perspectiva aterradora. Sin embargo, para mí funciona bien. Tenemos el estudio apartado, y es un lugar bastante grande para que la gente pueda venir y trabajar conmigo, y se siente como un espacio completamente nuevo. Evitas la saga de los desplazamientos, que es una gran ventaja, y puedo filmar, dejar la configuración y volver al día siguiente sin preocuparme de que esté haciendo un desastre o sintiendo la presión de desmantelar el set. -up lo antes posible. Eso era lo que realmente extrañaba cuando estaba en un estudio compartido.
En un espacio compartido, sin embargo, tienes gente: hace una gran diferencia y extraño el contacto humano. Tener ocho personas alrededor con las que siempre puedes tomar una taza de té y charlar es fantástico. Además, la separación entre el trabajo y la vida hogareña cuando estaba en un espacio de estudio era realmente buena: poder caminar a casa y dejar todo allí hasta que la mañana fuera genial.
Una de las partes más importantes de trabajar desde casa es no convertirse en ermitaño. Es demasiado fácil dejarse atrapar, siempre hay tantas cosas que hacer y esa lista aterradora nunca parece acortarse. Puede ser difícil pensar: "Me tomaré unas horas libres y tomaré un café con X". Pero conocer gente, hablar sobre el trabajo y la vida, es importante. Envio correos electrónicos a la gente semanalmente e intento reunirme. Puede tomar un poco de planificación y se producen cancelaciones, pero no se pierda.
Suena obvio, pero salir y hablar con la gente genera cosas buenas. Me encanta conocer gente, especialmente con los clientes, hace que trabajar juntos sea mucho más sencillo y les ayuda a recordarte. Si no hubiera conocido a algunas de las personas que tengo, a través de correos electrónicos regulares y persistentes sobre una bebida fría o caliente, no estaría en la etapa en la que estoy, ni tan feliz.